lunes, 1 de noviembre de 2010

DIA DE TODOS LOS SANTOS

En un día tan especial como el de hoy, he pensado que sería buena idea dedicárselo a los que nos han abandonado y están en nuestro recuerdo.
 En el día de hoy, muchos suelen ir a los cementerios, para acompañar a sus seres queridos. Dicha tradición se remonta al S. XIII, yo nunca lo he hecho y creo que tampoco lo haré, no es una cosa que me guste hacer, aunque respeto mucho a las personas que lo hacen.


El segundo domingo de septiembre entré en el cementerio de Navarrete, nunca antes lo había hecho. Ese día fuimos en romería para celebrar la fiesta de la sandía. Después de 45 años el pueblo ha querido recuperar dicha fiesta. La Romería a la ermita de Santa María donde se realizó la bendición de la sandía en la puerta del cementerio, ya que dicha ermita se encuentra pegada al cementerio. A pesar de que el día estuvo algo nublado pasamos una bonita tarde.


Puerta del cementerio del pueblo de Navarrete, dicha puerta pertenecía al antiguo hospital de la Orden de San Juan de Acre.
Se encontraba en la entrada de Navarrete, en el Camino de Santiago, hoy en día todavía se pueden apreciar sus ruinas ya que quedan restos de él. 



 Parte de la portada del cementerio. Tengo entendido que a finales del siglo XIX el pueblo y los vecinos, que estaban con problemas económicos, la pusieron en venta para  poder conseguir dinero y salir de la crisis. Al final afortunadamente esa idea no se llevó a cabo. Un vecino del pueblo cedió las tierras y la portalada fue trasladada allí piedra a piedra y se convirtió en el cementerio de dicho pueblo ya que el otro se había quedado pequeño.
Los vecinos de Navarrete se sienten muy orgullosos de él, en mi opinión creo que tiene motivos para estarlo, pues es una de las puertas de cementerio más bonitas que yo he visto. 


Interior del cementerio, después de comerme la sandía me adentré y paseé por su interior.


En la ruta del Camino de Santiago, esto es lo que los peregrinos ven al decirle adiós al pueblo de Navarrete. 


Puerta del cementerio del pueblo riojano de Castroviejo




"Recordando a un artista" este original nicho de reflejos metálicos es de mi primo, él era un artista y lo ha hecho su hijo Arturo, que también lo es.

El pasado mes de junio fui a Manises mi pueblo, hacia un mes que habían fallecido dos de mis tías, hermanas de mi madre, las dos se fueron en menos de una semana.
Mis sobrinas iban al cementerio a ver el nicho de su abuela. Así, que las acompañé, fue emotivo. Una vez allí recorrí el cementerio y visité a todos los miembros de mi familia que han fallecido y que por motivos de estar viviendo siempre fuera de Manises, nunca he estado en ninguno de sus funerales.

 Recordé la última vez que estuve allí, tendría yo unos 16 0 17 años, fue cuando murió mi abuela, nunca más había vuelto.
Cuando iba hacia el cementerio no recordaba ninguna de las calles que había cerca de él, después de tanto tiempo no reconocía nada. Entonces recordé lo que una temporada nos dio por hacer al grupo de mis amigos. "Teníamos que ir solos y tocar la puerta" lógicamente lo hacíamos de noche.

  El cementerio de mi pueblo, como todos, está a las afueras, pero este tiene la peculiaridad de que antes de llegar allí habían muchas fabricas de cerámica y con poco iluminación por las calles. Cuando se acababan las fabricas había un puente y al final de él el cementerio. La apuesta era cruzar solo el puente y, tocar la puerta de hierro con la palma de la mano. Yo llegué tocarla, pero por mucho tiempo recordaba el pánico que sentí al hacerlo.

No se por que motivo todos hemos tenido miedo a los muertos, siendo que ellos no nos pueden hacer nada, pero es algo inexplicable.

Ahora me está viniendo a la mente, algo que sucedió cuando estaba interna, tendría yo unos nueve o diez años cuando falleció una de las monjas, pusieron su féretro en la iglesia, y nos hicieron pasar a todas las internas a verla. Todavía recuerdo el miedo que pasé y me veo pasando por delante de ella . ¡Que pánico sentí! recorriendo todo el féretro pensando que se iba a levantar y me iba a tocar, o yo que se.  

4 comentarios:

  1. A ti en tu colegio de interna os hacian pasar por delante del feretro para ver a la monja que habia fallecido, pero yo en el colegio que estube yo de interna con la misma edad mas o menos, a mi y a otra compañera nos hacian velar a la monja fallecida, que yo me acuerde solo fue una creo.

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  2. Pues me parece muy mal, yo era chiquitina. No me has dicho nada del nicho del primo.

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  3. Lo que cuentas del colegio no me extraña nada…era el tipo de educación que había en esa época y por desgracia dejó mucha huella en los alumnos que tuvimos la mala suerte se ir a unos de esos internados…yo que como tú ya sabes también pase por uno de esos colegios guardo mas malos recuerdos que buenos solo me queda decir que algunas Monjas si eran buenas personas…pero recuerdo a otras malas… malas a rabiar…hoy en día no les guardo ningún rencor…pues lo que había entonces …tú ya sabes porque …
    Por cierto me ha gustado la lapida del primo…no la conocía, El otro día la estuve buscando en el cementerio y con tantas flores no la encontré…

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  4. Tienes razón con lo de los internados. ¡Cuanto mejor hubiese sido no haberlo vivido! pero ya pasó y eso queda ya para siempre.
    Sobre la lápida del primo me parece muy original, aunque hay quién dice que no le gusta.
    Pero a mi si.

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